El capitán Chimuelo tiene un gran tesoro: un cofre lleno de caramelos. Los traviesos Cleofas y Barrabás, con ayuda de sus espadas de cartón, y después de llenar la playa de basura, ¡se roban el tesoro de Chimuelo! Pero no lo pueden abrir, porque se les olvidó robarse la llave. Mientras hacen planes para robarse la llave, la estrellita de mar, el cangrejito colorado  y el pez gigante le ayudan a Chimuelo a recuperar su tesoro, y es cuando este par de traviesos aprovechan para quitarle la llave. Pero Chimuelo es muy valiente, y también tiene una espada de cartón, así que recupera también su llave. Al final, este par de traviesos se arrepienten de haber hecho tales fechorías, así que el capitán Chimuelo los invita limpiar la playa, a navegar en su barco y a comer caramelos ¡pero poquitos… no se vayan a quedar chimuelos!